Santo Domingo. Warrior, es un joven que llegó un buen día a la Biblioteca República Dominicana a conversar con nosotros. Esa tarde, Warrior llegaría a dicha institución acompañado de otro joven, de nombre Raddemix, y de dos hombres más maduros que ellos, pero también jóvenes. A todos los llevó allí el promotor y disck jockey Pedrito Félix.
Me senté con ellos a conversar en el lobby de la Biblioteca. Nunca había hecho un trabajo de relaciones públicas con reggaetoneros. Era la primera vez. Pero a insistencia de Pedrito Félix que quería que yo ayudara a los chicos me decidí. Warrior y Raddemix, aunque eran tímidos para hablar con periodistas, evidenciaron que estaban cargados de sueños.
Quien más me respondió las preguntas fue Raddemix. Warrior permanecía callado. Luego acordamos trabajar. Los dos tipos maduros, eran “empresarios” de Bonao. Me pidieron que le hiciera una nota de prensa para los periódicos y así lo hice. Logré que "los muchachos" le publicaran su nota. Era el principio de un trabajo de imagen.
Dos semanas después me llama Gerardo de Bonao (no recuerdo ahora su apellido). Olvidaba decir que el promotor Gerardo de Bonao también los acompañó aquél día que fueron a la Biblioteca. Pues bien, Gerardo me llama y me cuenta por teléfono que los chicos se separaron. Que sacaron del proyecto a Warrior y metieron a otro joven. Le dije, que lo lamentaba, pues ya habíamos comenzado a trabajar la imagen en los periódicos de Warrior y Raddemix.
Poco después me llama Warrior. Me cuenta toda su verdad. Y me dice que no es como lo ha pintado Gerardo. Que lo que pasó fue que los dos supuestos “empresarios” lo amenazaron y lo obligaron a firmar un papel donde él reconocía que la producción musical que grabaron era autoría y propiedad de los dos tipos. Y que ciertamente lo sacaron del proyecto musical.
Warrior, en realidad era el creador de las canciones de reggaeton. Un creador natural. Un muchacho con talento envidiable para hacer ese tipo de canciones que ahora están de moda. Warrior me pidió que lo apoyara. Que no trabajara con los que lo botaron y que él iba a producir otro disco. También llamó a Pedrito pidiéndole apoyo.
Luego Warrior ha venido varias veces donde mi. La primera vez que me visitó luego del "serrucho" y rompimiento con sus socios. Casi llora. Y me dice: “Mire usted, esa gente, porque me matan, todo porque yo me negaba a aceptar que ese disco era de la autoría de Raddemix. Ellos querían los derechos del disco. Pero mire, voy a grabar otra producción y va a quedar en evidencia que el talento lo tenía yo porque ellos no van a poder hacer otro disco igual que el primero que le arreglé y le compuse. Dejé eso así porque yo tengo mi esposa y una niña y no quiero que me la vayan a matar pues son unos mafiosos esos tipos”.
Hace poco, Warrior se le apareció al promotor Pedrito Félix con un cidí completo. Pedrito entonces me entregó tres copias y quedé sorprendido. ¡Vaya usted a ver el talento de este joven! Cómo el chico creó varias canciones de reggaeton con las cuales narra lo que le sucedió a él con quienes le engañaron.
Me senté con ellos a conversar en el lobby de la Biblioteca. Nunca había hecho un trabajo de relaciones públicas con reggaetoneros. Era la primera vez. Pero a insistencia de Pedrito Félix que quería que yo ayudara a los chicos me decidí. Warrior y Raddemix, aunque eran tímidos para hablar con periodistas, evidenciaron que estaban cargados de sueños.
Quien más me respondió las preguntas fue Raddemix. Warrior permanecía callado. Luego acordamos trabajar. Los dos tipos maduros, eran “empresarios” de Bonao. Me pidieron que le hiciera una nota de prensa para los periódicos y así lo hice. Logré que "los muchachos" le publicaran su nota. Era el principio de un trabajo de imagen.
Dos semanas después me llama Gerardo de Bonao (no recuerdo ahora su apellido). Olvidaba decir que el promotor Gerardo de Bonao también los acompañó aquél día que fueron a la Biblioteca. Pues bien, Gerardo me llama y me cuenta por teléfono que los chicos se separaron. Que sacaron del proyecto a Warrior y metieron a otro joven. Le dije, que lo lamentaba, pues ya habíamos comenzado a trabajar la imagen en los periódicos de Warrior y Raddemix.
Poco después me llama Warrior. Me cuenta toda su verdad. Y me dice que no es como lo ha pintado Gerardo. Que lo que pasó fue que los dos supuestos “empresarios” lo amenazaron y lo obligaron a firmar un papel donde él reconocía que la producción musical que grabaron era autoría y propiedad de los dos tipos. Y que ciertamente lo sacaron del proyecto musical.
Warrior, en realidad era el creador de las canciones de reggaeton. Un creador natural. Un muchacho con talento envidiable para hacer ese tipo de canciones que ahora están de moda. Warrior me pidió que lo apoyara. Que no trabajara con los que lo botaron y que él iba a producir otro disco. También llamó a Pedrito pidiéndole apoyo.
Luego Warrior ha venido varias veces donde mi. La primera vez que me visitó luego del "serrucho" y rompimiento con sus socios. Casi llora. Y me dice: “Mire usted, esa gente, porque me matan, todo porque yo me negaba a aceptar que ese disco era de la autoría de Raddemix. Ellos querían los derechos del disco. Pero mire, voy a grabar otra producción y va a quedar en evidencia que el talento lo tenía yo porque ellos no van a poder hacer otro disco igual que el primero que le arreglé y le compuse. Dejé eso así porque yo tengo mi esposa y una niña y no quiero que me la vayan a matar pues son unos mafiosos esos tipos”.
Hace poco, Warrior se le apareció al promotor Pedrito Félix con un cidí completo. Pedrito entonces me entregó tres copias y quedé sorprendido. ¡Vaya usted a ver el talento de este joven! Cómo el chico creó varias canciones de reggaeton con las cuales narra lo que le sucedió a él con quienes le engañaron.
Warrior y yo hemos mantenido la comunicación. Quienes lo engañaron no han podido sacar la cabeza. Y si bien es cierto que Warrior no ha podido aún salir a camino por falta de recursos económicos o un disquero, aquéllos que le sacaron del proyecto tampoco han podido lograr nada sin él. Saben por qué..., porque la mala fe no triunfa. Amén.
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