ES EL NUEVO FENÓMENO DEL HUMOR DOMINICANO
“El destacado humorista volvió de nuevo a llenar de bote en bote el referido centro nocturno y logró tan buena química con el público que éste lo aplaudió en reiteradas ocasiones, rió de buena gana y vivió todas sus ocurrencias en el escenario”.
Santo Domingo.- Definitivamente, el humorista Carlos Sánchez se ha convertido en el nuevo fenómeno del humor dominicano lo que quedó demostrado al llenar de bote en bote el Maunaloa donde volvió a triunfar con su espectáculo de monólogos “Carlos Sánchez: Mucho Gusto”.
Se trata de un fenómeno inexplicable porque este artista no es tan conocido en los grandes medios de comunicación y sin una gran promoción volvió a llenar el Maunaloa por segunda vez dejando complacido a un público que lo aplaudió con delirio, rió de buena gana y “vivió” todas sus ocurrencias en el escenario.
Carlos Sánhez ha llenado varias veces a Casa de Teatro y el hotel Hilton y por segunda vez vuelve al Maunaloa logrando un éxito rotundo con un público que llora de tanto reir y que hasta el propio artista se preocupa por la forma en que la gente disfruta sus narraciones humorísticas ya que se desbordan de risa.
El público que asistió entusiasmado al show que ofreciera en el Maunaloa tuvo problemas hasta para conseguir donde sentarse pues todas las mesas estaban reservadas y a un precio de 500 por persona, el humorista volvió a demostrar su genial talento y de quien algunos escépticos dijeron “bien vale caer en gracia que ser gracioso”.
Sí, porque Carlos Sánchez, aparentemente sin mucho esfuerzo logra una química inigualable con sus seguidores y es capaz de llenar el Maunaloa sin que tenga que acompañarse de otros artistas en escena, sin ningún elemento escenográfico de importancia y su show se apoya sólo en las situaciones que va creando.
La genialidad de Carlos Sánchez está en cómo expone sus breves cuentos y chistes y la capacidad que tiene el artista para producir gestos, muecas y sonidos con la voz sugiriendo situaciones que la gente imagina y le lleva a explotar con grandes carcajadas.
Carlos Sánchez, quien entró al escenario justo a las 11 de la noche y tardó hora y media para concluir su show, se adueñó rápidamente del público y lo llevó a sumergirse en un túnel de historias narradas con mucho tacto y un fino y bien sentido del humor. El sábado por la noche sólo se hizo acompañar de una guitarra y algunos atuendos que usan los reggaetoneros para narrar algunas situaciones que les suceden.
El humorista se presenta vestido muy sencillamente y sólo se pasea para un lado y para otro mientras cuenta sus chistes sin doble sentido vulgar. Esta vez contó situaciones que suceden entre los padres y sus hijos. Las que se dan con el dentista. Algunos chistes con políticos como Hipólito Mejía y algún slogan de la actual campaña electoral.
El artista hace humor con cierto estilo norteamericano. Se preparó en Argentina. Y el blanco de público que lo sigue refleja que hay una élite en el país de clase media hacia arriba que carecía de un humorista y de la clase y categoría de Carlos Sánchez.
“El destacado humorista volvió de nuevo a llenar de bote en bote el referido centro nocturno y logró tan buena química con el público que éste lo aplaudió en reiteradas ocasiones, rió de buena gana y vivió todas sus ocurrencias en el escenario”.
Santo Domingo.- Definitivamente, el humorista Carlos Sánchez se ha convertido en el nuevo fenómeno del humor dominicano lo que quedó demostrado al llenar de bote en bote el Maunaloa donde volvió a triunfar con su espectáculo de monólogos “Carlos Sánchez: Mucho Gusto”.
Se trata de un fenómeno inexplicable porque este artista no es tan conocido en los grandes medios de comunicación y sin una gran promoción volvió a llenar el Maunaloa por segunda vez dejando complacido a un público que lo aplaudió con delirio, rió de buena gana y “vivió” todas sus ocurrencias en el escenario.
Carlos Sánhez ha llenado varias veces a Casa de Teatro y el hotel Hilton y por segunda vez vuelve al Maunaloa logrando un éxito rotundo con un público que llora de tanto reir y que hasta el propio artista se preocupa por la forma en que la gente disfruta sus narraciones humorísticas ya que se desbordan de risa.
El público que asistió entusiasmado al show que ofreciera en el Maunaloa tuvo problemas hasta para conseguir donde sentarse pues todas las mesas estaban reservadas y a un precio de 500 por persona, el humorista volvió a demostrar su genial talento y de quien algunos escépticos dijeron “bien vale caer en gracia que ser gracioso”.
Sí, porque Carlos Sánchez, aparentemente sin mucho esfuerzo logra una química inigualable con sus seguidores y es capaz de llenar el Maunaloa sin que tenga que acompañarse de otros artistas en escena, sin ningún elemento escenográfico de importancia y su show se apoya sólo en las situaciones que va creando.
La genialidad de Carlos Sánchez está en cómo expone sus breves cuentos y chistes y la capacidad que tiene el artista para producir gestos, muecas y sonidos con la voz sugiriendo situaciones que la gente imagina y le lleva a explotar con grandes carcajadas.
Carlos Sánchez, quien entró al escenario justo a las 11 de la noche y tardó hora y media para concluir su show, se adueñó rápidamente del público y lo llevó a sumergirse en un túnel de historias narradas con mucho tacto y un fino y bien sentido del humor. El sábado por la noche sólo se hizo acompañar de una guitarra y algunos atuendos que usan los reggaetoneros para narrar algunas situaciones que les suceden.
El humorista se presenta vestido muy sencillamente y sólo se pasea para un lado y para otro mientras cuenta sus chistes sin doble sentido vulgar. Esta vez contó situaciones que suceden entre los padres y sus hijos. Las que se dan con el dentista. Algunos chistes con políticos como Hipólito Mejía y algún slogan de la actual campaña electoral.
El artista hace humor con cierto estilo norteamericano. Se preparó en Argentina. Y el blanco de público que lo sigue refleja que hay una élite en el país de clase media hacia arriba que carecía de un humorista y de la clase y categoría de Carlos Sánchez.
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