Ayer arrancó la, muy mencionada, "Cumbre por la Unidad Nacional Frente a la Crisis Mundial".
"La Cumbre comienza con buen ánimo" leí en un diario de circulación nacional.
Es sabido por todos que cumbres realizadas en años anteriores no arrojaron buenos resultados debido al incumplimiento de lo acordado.
Desde nuestro punto de vista, la actual cumbre, representa un verdadero reto, tanto para el gobierno como para el país en sentido general.
La importancia y la particularidad de esta cumbre descansan en tres aspectos fundamentales:
1 - Los reflejos de la crisis mundial empiezan a notarse con una notable reducción de remesas, disminución en el flujo de turistas, caídas en las exportaciones, entre otras no menos importantes.
2 - El presidente Leonel Fernández se encuentra en su tercer mandato y el desgaste parece empieza a afectar al mandatario.
3 - La gente se esta cansando de promesas incumplidas.Estos puntos hacen que en esta cumbre reine un espíritu muy singular, con respecto a sus antecesoras.
La crisis financiera mundial se agudiza cada momento, el poder desgasta y la gente quiere resultados.
Pero, ¿Qué podemos esperar de la cumbre? ¿Se cumplirá con la agenda que emane de ella?
No lo sabemos, lo que si me arriesgo a decir es que si no se cumple con las propuestas que emanen al final de esta cumbre, entonces nos podríamos encontrar con un problema de ingobernabilidad de dimensiones incalculables.
No es verdad que un país puede mantener la paz social cuando la recesión amenaza con arrastrarlo al pantano de la miseria, un sector empresarial enriqueciéndose y la desigualdad social en aumento constante y sonante. Funcionarios aumentándose los salarios sin ningún tipo de criterio de gestión pública, sin ningún tipo de conciencia gerencial.
La delincuencia social e institucional imponiéndose por encima del interés colectivo.
Como decía el profesor Bosch: "O jugamos todos o se rompen las barajas".
Foto: listin.com.do
Fuente...[econegociosrd.com]
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